Migrañas: su problema emocional oculto

Migrañas, problema emocional, emociones ocultas, Reinaldo Dos Santos

Resultamos por cefalea o migraña al dolor que se revela en cualquier parte de la cabeza, en las estructuras que la acoplan a la base del cráneo, en los músculos y vasos sanguíneos que encierran el cuero cabelludo, en el rostro o en el cuello. Es un dolor de ímpetu variable que no diferencia edades ni sexo. De hecho, las cefaleas, en todas sus variables, son la raíz más usual de consulta en neurología en el mundo.

Habitualmente, se desiguala entre cefaleas primarias y secundarias, éstas últimas coligadas a otras enfermedades. Son las primarias, que componen el 90% de las cefaleas establecidas, las que nos importan en esta ocasión, ya que perturban al 80% de las mujeres y a más de un 60% de los hombres.

En las cefaleas primarias logran intervenir varios factores, ya sea un espasmo o inflamación de los músculos de la cabeza y del cuello o una distensión, tracción o dilatación de las arterias y venas, tanto del interior del cráneo como del exterior. Sin embargo, en Biodecodificación y Bioneuroemoción cualquier cefalea primaria tiene un sentido biológico tan claro como la impasible presencia de un problema al que la persona afectada procura hallar, con dificultad, una solución desde el entendimiento. Para esa labor es ineludible acrecentar la contribución de nutrientes al cerebro, lo que incita una vasodilatación, desencadenándose constantemente el dolor de cabeza al poco tiempo.

Personas que desean la superiorioridad en utilidad, pero no se aprecian a la altura de las exigencias…

Quedamos, por tanto, ante un perfil muy preciso de personas que suelen sufrir cefaleas primarias. Suelen ser personas evasivas, con propensión a no enfrentar la situación que les toca vivir, instaladas en la negación y en el “no puedo”, repitiéndose a sí mismas –desde su parte consciente- que no hay inconvenientes y que no vale la pena inquietarse. Además personas apasionadas, cerebrales, intelectuales y, por ende, muy mentales. Personas muy perfeccionistas y severas consigo mismas y con los demás; con un marcado e intacto afán de superación. Personas inconformistas que registran definitivamente todo a través de su filtro mental, que conciben una paráfrasis mental de cuanto sucede en sus vidas. Personas que no se otorgan el derecho de ser lo que pretenden o que se sienten culpables por atreverse a debatir a aquellos que poseen mucha autoridad sobre ellas.

La más común de las cefaleas primarias es la tensional que se caracteriza por un dolor regular y opresivo alrededor de la cabeza. Suele estar asociada a contracturas musculares y estrés. Habitualmente mejora con actividad física y relajación. Al estar involucrada la musculatura de la nuca y del cuello, nuestra biología nos dice que existe en ellas un matiz de comunicación e impotencia en el contexto de una persona mental y desvalorizada con dificultades para aportar sus opiniones y criterios.

Problemas biológicos:

Las personas que sufren migrañas están persistentemente inquietas, a veces inclusive inconscientemente, por algo muy sutil y concreto. Como en el resto de las cefaleas primarias, son problemas concernientes con situaciones de depreciación intelectual concerniente a los más altos valores mentales, espirituales, profesionales, etc.; personas real o imaginariamente inundadas por las situaciones.

Es frecuente además ese conflicto biológico de depreciación intelectual con un matiz de asimilación en personas con miedo inquebrantable a no estar a la altura, a no efectuar las expectativas. En momentos, insensiblemente y por vía transgeneracional, esa degradación intelectual es la expresión de un programa de no poder prevalecer al padre o a la figura paterna simbólica (jefe).

Depreciación intelectual del mismo modo en personas que conciben la insuficiencia de practicar un inquebrantable control de las escenarios o de otras personas, que buscan el máximo beneficio e imputan sobre sus hombros el máximo compromiso; pero que aprecian que no son idóneos de hacer tanto como debieran.

Hay un matiz de incapacidad intelectual indigna porque el afectado siente que tiene el cerebro saturado y agotado. Personas acorraladas que no toman decisiones. Además consiguen ser personas que, por verdadera necesidad o auto obligación, apalean o consideran que tienen que llevar a cabo muchas tareas al mismo tiempo o en plazos muy precisos y concisos.

Las migrañas con aura demuestran la existencia de esa degradación intelectual; pero en un clima de problema visual de los hechos, acaecimientos, actitudes (reales, virtuales o simbólicas) para los que el enfermo no halla tramitación.

Las migrañas continuamente están coligadas a perturbaciones de la visión y la digestión, a no ambicionar ver ni asimilar algo que ocurre en la vida de la persona que las sufre; angustias y frustración originarias de un contexto ante la que no toma una decisión. Un compromiso, en decisiva, entre los pensamientos, las penurias y las ambiciones personales.

Fases de las migrañas:

Las dificultades y los síntomas perturban según los casos y las personas, si bien su progreso corrientemente sigue las mismas fases. En una primera etapa, horas antes de que surja el dolor, se exhiben los pródromos: sensaciones o síntomas como irritabilidad, euforia, bostezos reiterados, falta de atención o deseo apremiante de comer dulces, primera vislumbre de la progresiva petición de nutrientes desde el cerebro.

Fuente Reinaldo Dos Santos

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